
Circa
La serie “Circa” de Alejandra Phelts nos lleva a cuestionarnos en torno al concepto de movimiento corporal. A reflexionar sobre si éste se origina en el cuerpo mismo, en las ideas abstractas de la mente o en el alma intangible. Si bien, en sus piezas, la artista destaca su insigne y conocida figura humana femenina, así como los dinamismos corpóreos que experimentan al bailar. Llaman la atención sus rasgos circenses, su capacidad elástica para contornearse en el aire, suspenderse en el espacio y desafiar las leyes de la gravedad. Esas habilidades físicas que llevan al límite a las mujeres de sus obras nos hacen pensar que muy probablemente se mueven por la gestualidad de su carne que necesita expresarse brincando al vacío, saltando hacia atrás, haciendo equilibrios, acrobacias y piruetas peligrosos, estirándose asombrosamente y, en especial, hablando con el cuerpo.
¿Qué nos dicen entonces sus personajes por medio de flujos coloridos de agua, tinta, acrílicos, transparencias y veladuras? Pues que el movimiento humano, meramente individual, por supuesto que implica a la totalidad de la persona para suceder, es decir, sus pensamientos, sus emociones, su carnalidad, su ser y su alma determinan hacia dónde, cómo y cuándo se mueve. Sin duda, ese ser móvil femenino cautiva a la autora por su poder de resistencia, su fuerza para avanzar, su libertad para volar, su soltura para fluir, su ímpetu para alcanzar la perfección y su latente sensualidad que se manifiesta por los poros de la piel. Por lo tanto, entre maromas y malabares, “Circa” nos deleita con lo dinámico de la vida; a veces efímero, otras eterno.
Adriana Cantoral
La serie “Circa” de Alejandra Phelts nos lleva a cuestionarnos en torno al concepto de movimiento corporal. A reflexionar sobre si éste se origina en el cuerpo mismo, en las ideas abstractas de la mente o en el alma intangible.
Adriana Cantoral